Somos Alejandra Cortizo y Lorena Cioccolanti y desde el año 2016 nos aventuramos en esta faceta de nuestra profesión: formar profes de español con cursos a distancia.
Quizá te preguntes quiénes somos.
¡Te lo contamos!
La gente acorta mi nombre de muchas maneras, ya que es muy largo, pero para describirme aquí he escogido “Jandra”, que es como me llaman cariñosamente en casa.
amás he querido dedicarme a otra cosa. Soy una enamorada de la lengua española desde pequeñita. Siempre sacaba la máxima nota en esa asignatura, me pasaba el día entre libros y jugaba a ser profesora de mi hermano pequeño. Cuando me hice mayor, decidí hacer la carrera de Filología hispánica. Al terminarla descubrí el mundo ELE, que combinaba mi amor por el idioma con los viajes, y me enamoré. Por eso hice un máster en ELE, que terminé en 2005. Desde entonces me he dedicado de lleno a la enseñanza del español para extranjeros y nunca he dudado de mi decisión.
sturias es mi tierra, pero llevo a Venezuela en el corazón. Nací en Venezuela, pero con 5 años me fui a vivir a Asturias (España). A pesar de haber vivido poco tiempo en Venezuela, estoy muy apegada a mis raíces caribeñas. Siempre he tenido un pie en cada mundo.
unca miro atrás. Jamás me he arrepentido de los pasos que he dado. He abierto y cerrado mi propia escuela (¡dos veces!), he trabajado por cuenta ajena, he colaborado con compañeros, he formado profesores, he dado clases a todo tipo de personas en todo tipo de situaciones (a niños, a adultos, en colegios, academias, universidades…), he llorado, me he reído, me he frustrado, he tirado la toalla y la he vuelto a recoger. Todas estas experiencias me han llevado al punto donde estoy ahora. Una profesora con experiencia y segura de sí misma. Como decía mi abuelo: “para atrás, ni para coger impulso”.
os pequeños monstruos. Eso tengo en casa: dos niños que me mantienen activa, pero que también me enseñan cosas sobre las lenguas. Ambos son políglotas (español, alemán e inglés), lo que hace de la crianza un proceso interesante en muchos sentidos, y me ayudan a comprender un nuevo aspecto de la enseñanza de lenguas: el español como lengua materna en niños que viven en un país extranjero.
umbo a ninguna parte. He viajado mucho, he vivido en muchos lugares distintos y tengo que agradecer a mi profesión por haberme permitido vivir como me gusta: viajando. No soy nómada: simplemente la vida me ha ido llevando y yo me he dejado llevar por la vida.
lemán es mi tercer idioma y voy a por el cuarto: ¡italiano! Creo que llevo toda la vida siendo alumna de lenguas. He estudiado portugués, italiano, japonés, inglés, asturiano (el dialecto de mi región), francés y alemán. Algunos por obligación y otros por devoción. Desafortunadamente, solo domino perfectamente el inglés. Con el resto me defiendo como puedo. Pero todo ello me ha llevado a saber ponerme en la posición de mis estudiantes y a conocer sus necesidades. Creo que este tipo de empatía también es importante.
La gente acorta mi nombre de muchas maneras, ya que es muy largo, pero para describirme aquí he escogido “Jandra”, que es como me llaman cariñosamente en casa.
Jamás he querido dedicarme a otra cosa. Soy una enamorada de la lengua española desde pequeñita. Siempre sacaba la máxima nota en esa asignatura, me pasaba el día entre libros y jugaba a ser profesora de mi hermano pequeño. Cuando me hice mayor, decidí hacer la carrera de Filología hispánica. Al terminarla descubrí el mundo ELE, que combinaba mi amor por el idioma con los viajes, y me enamoré. Por eso hice un máster en ELE, que terminé en 2005. Desde entonces me he dedicado de lleno a la enseñanza del español para extranjeros y nunca he dudado de mi decisión.
Asturias es mi tierra, pero llevo a Venezuela en el corazón. Nací en Venezuela, pero con 5 años me fui a vivir a Asturias (España). A pesar de haber vivido poco tiempo en Venezuela, estoy muy apegada a mis raíces caribeñas. Siempre he tenido un pie en cada mundo.
Nunca miro atrás. Jamás me he arrepentido de los pasos que he dado. He abierto y cerrado mi propia escuela (¡dos veces!), he trabajado por cuenta ajena, he colaborado con compañeros, he formado profesores, he dado clases a todo tipo de personas en todo tipo de situaciones (a niños, a adultos, en colegios, academias, universidades…), he llorado, me he reído, me he frustrado, he tirado la toalla y la he vuelto a recoger. Todas estas experiencias me han llevado al punto donde estoy ahora. Una profesora con experiencia y segura de sí misma. Como decía mi abuelo: “para atrás, ni para coger impulso”.
Dos pequeños monstruos. Eso tengo en casa: dos niños que me mantienen activa, pero que también me enseñan cosas sobre las lenguas. Ambos son políglotas (español, alemán e inglés), lo que hace de la crianza un proceso interesante en muchos sentidos, y me ayudan a comprender un nuevo aspecto de la enseñanza de lenguas: el español como lengua materna en niños que viven en un país extranjero.
Rumbo a ninguna parte. He viajado mucho, he vivido en muchos lugares distintos y tengo que agradecer a mi profesión por haberme permitido vivir como me gusta: viajando. No soy nómada: simplemente la vida me ha ido llevando y yo me he dejado llevar por la vida.
Alemán es mi tercer idioma y voy a por el cuarto: ¡italiano! Creo que llevo toda la vida siendo alumna de lenguas. He estudiado portugués, italiano, japonés, inglés, asturiano (el dialecto de mi región), francés y alemán. Algunos por obligación y otros por devoción. Desafortunadamente, solo domino perfectamente el inglés. Con el resto me defiendo como puedo. Pero todo ello me ha llevado a saber ponerme en la posición de mis estudiantes y a conocer sus necesidades. Creo que este tipo de empatía también es importante.
¿Quieres saber más?
¡Mira el video!
En Argentina tendemos a acortar siempre los nombres, así que la gran mayoría me llama “Lore”. Sin embargo, he puesto “Lorena” para contarte un poquito más acerca de mí.
as vueltas de la vida hicieron que hoy sea profe de español para extranjeros y que ame esta profesión. Cuando tenía 18 años no sabía qué estudiar. Siempre había sido más de letras que de números, y por eso decidí que estudiaría Comunicación Social y Publicidad, carrera que me gustó pero que no me fascinó. Luego la vida me llevó a Estados Unidos, donde empezaría a descubrir que los idiomas y el intercambio cultural eran lo mío.
riunda de Tancacha, un pequeño pueblo a 120 km de Córdoba Capital, en Argentina. Tancacha me vio nacer y crecer. Allí viví mi infancia y mi adolescencia, hasta los 18 años. Después me mudé a Córdoba Capital para estudiar en la universidad. No volví a vivir en mi pueblo natal hasta el año 2021, cuando mi papá, uno de los pilares de mi vida y ya con más de 80 años, se enfermó de repente y a los meses falleció.
aíces italianas de pura cepa, esa soy yo, me miren por donde me miren. Mis abuelos por parte de mi padre nacieron en Italia. Mi abuelo llegó a Argentina solo, a los 18 años, huyendo de la guerra. Mi abuela, en cambio, cuando tenía unos 9 años llegó con su familia. Por parte de mi madre, mis abuelos, si bien no nacieron en Italia, eran hijos de italianos. Como consecuencia de toda esa historia es que hoy tengo doble ciudadanía: argentina e italiana.
studiar nunca me ha costado; al contrario. En la escuela primaria, cada día después de clase hacía solita los deberes. En la secundaria era de esas a quienes acudían varios compañeros a pedirles los apuntes para copiar. La universidad me la tomé en serio y la hice al día: no quería saber nada con estar mil años para recibirme. Hoy sigo formándome continuamente en la profesión porque me gusta estar al corriente de los últimos avances en el campo de la educación.
adie hubiera imaginado que deambularía por el mundo. Pero lo que todos sabían era que me fascinaba viajar. A los 25 me fui por primera vez a Estados Unidos a hacer un curso de inglés; esa experiencia cambiaría mi vida profesional para siempre. A los 26 volví a Estados Unidos, pero esta vez a trabajar como Au Pair. A los 28 me instalé en Barcelona, ciudad que me acogió por más de diez años y que, con el tiempo, se convertiría en mi lugar en el mundo.
rgentina, Estados Unidos y España son los tres países que definen gran parte de mi ser. En Argentina nací y crecí. Es el lugar de la familia y de los amigos de toda la vida. Estados Unidos es el país donde viví una de las experiencias más lindas de mi existencia: mi año de intercambio cultural como Au Pair. Y España, concretamente Barcelona, es la tierra donde me formé como profe de español, donde empecé y tuve mil oportunidades en esta maravillosa profesión.
En Argentina tendemos a acortar siempre los nombres, así que la gran mayoría me llama “Lore”. Sin embargo, he puesto “Lorena” para contarte un poquito más acerca de mí.
Las vueltas de la vida hicieron que hoy sea profe de español para extranjeros y que ame esta profesión. Cuando tenía 18 años no sabía qué estudiar. Siempre había sido más de letras que de números, y por eso decidí que estudiaría Comunicación Social y Publicidad, carrera que me gustó pero que no me fascinó. Luego la vida me llevó a Estados Unidos, donde empezaría a descubrir que los idiomas y el intercambio cultural eran lo mío.
Oriunda de Tancacha, un pequeño pueblo a 120 km de Córdoba Capital, en Argentina. Tancacha me vio nacer y crecer. Allí viví mi infancia y mi adolescencia, hasta los 18 años. Después me mudé a Córdoba Capital para estudiar en la universidad. No volví a vivir en mi pueblo natal hasta el año 2021, cuando mi papá, uno de los pilares de mi vida y ya con más de 80 años, se enfermó de repente y a los meses falleció.
Raíces italianas de pura cepa, esa soy yo, me miren por donde me miren. Mis abuelos por parte de mi padre nacieron en Italia. Mi abuelo llegó a Argentina solo, a los 18 años, huyendo de la guerra. Mi abuela, en cambio, cuando tenía unos 9 años llegó con su familia. Por parte de mi madre, mis abuelos, si bien no nacieron en Italia, eran hijos de italianos. Como consecuencia de toda esa historia es que hoy tengo doble ciudadanía: argentina e italiana.
Estudiar nunca me ha costado; al contrario. En la escuela primaria, cada día después de clase hacía solita los deberes. En la secundaria era de esas a quienes acudían varios compañeros a pedirles los apuntes para copiar. La universidad me la tomé en serio y la hice al día: no quería saber nada con estar mil años para recibirme. Hoy sigo formándome continuamente en la profesión porque me gusta estar al corriente de los últimos avances en el campo de la educación.
Nadie hubiera imaginado que deambularía por el mundo. Pero lo que todos sabían era que me fascinaba viajar. A los 25 me fui por primera vez a Estados Unidos a hacer un curso de inglés; esa experiencia cambiaría mi vida profesional para siempre. A los 26 volví a Estados Unidos, pero esta vez a trabajar como Au Pair. A los 28 me instalé en Barcelona, ciudad que me acogió por más de diez años y que, con el tiempo, se convertiría en mi lugar en el mundo.
Argentina, Estados Unidos y España son los tres países que definen gran parte de mi ser. En Argentina nací y crecí. Es el lugar de la familia y de los amigos de toda la vida. Estados Unidos es el país donde viví una de las experiencias más lindas de mi existencia: mi año de intercambio cultural como Au Pair. Y España, concretamente Barcelona, es la tierra donde me formé como profe de español, donde empecé y tuve mil oportunidades en esta maravillosa profesión.
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